Continuando con la prueba de Turing y analizando con más detalle el contenido encontré un experimento mental propuesto por John Searle a principios de los 80s como otra reacción más a lo que Turing planteaba.
La idea es que hay una habitación en donde se puede meter mensajes escritos en chino y estos son respondidos en chino también momentos después. Adentro de la habitación se encuentra una persona que no entiende chino, sin embargo cuenta con un instructivo el cual le indica que símbolos utilizar para crear una respuesta a cualquier mensaje que le hayan enviado. A continuación un video con una breve animación para ilustrarlo mejor
El experimento puede analizarse desde varias perspectivas: desde el punto de vista de la prueba de Turing, el entrevistador debe determinar si adentro de la habitación hay una máquina o una persona y su decisión será en base a la semántica y lógica de las respuestas obtenidas, una prueba de Turing sin mucha diferencia a lo platicado antes.
Otra perspectiva a analizar es la del instructivo, el cual es la pieza fundamental en la funcionalidad del sistema y el que determina la calidad de la respuesta a los mensajes. ¿Es posible que exista algo así?, ¿Cuán grande debiera de ser?, ¿En quién debiera enfocarse para acotar su dimensión?, ¿Qué tipo de respuestas debiera dar?, ¿Si las respuesta cuentan con un juicio u opinión, cuál sería?
Ahora desde la perspectiva de “la máquina” lo interesante es que la persona -- el componente inteligente del sistema -- dentro del cuarto a pesar de no enteder lo que el mensaje dice puede responder coherentemente en función del instructivo, en pocas palabras, se plantea la posibilidad de mecanizar la respuesta.
A partir de esto se propone el cuestionamiento de si la “inteligencia” del sistema es realmente “inteligente” ya que internamente la persona dentro de la habitación no realiza ninguna actividad de comprensión, sino que unicamente hace comparaciones de símbolos para buscar dentro del instructivo y luego escribe la respuesta que este le indique. Esto llevó a la propuesta de clasificación de la IA en fuerte y débil respectivamente, según las capacidades que se intente replicar.
Si algo deja en claro la prueba de Turing es que quién da el aprobado es el entrevistador y algo que en lo particular me dejó el argumento de la habitación china es lo profundo que puede llegar a ser eso.
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